Hay muchísimas escuelas que ofrecen cursos de programación en formato bootcamp y, en febrero de 2022, quisimos contar con la visión de tres de nuestros exalumnos sobre como han cambiado el rumbo de sus carreras profesionales. Compartimos con ellos la opinión que nadie regala nada y que, para poder sacarle el máximo jugo a la profesión, es importantísimo no tomárselo como un curso sino dedicarle todo para conseguirlo. Este es un hecho diferencial de nuestra forma de entender un bootcamp de programación.
Podríamos, como sería normal, decir que creemos que somos buenos haciendo nuestro trabajo, pero preferimos que sean las historias de nuestros exalumnos quines lo expliquen. Podríamos quedarnos en enseñar vídeos de alumnos que han empezado el curso y están disfrutando (mucho o poco) el proceso, pero eso no muestra el resultado final. Creemos que la opinión sobre el bootcamp de programación en Madrid, Barcelona u online debe basarse en sus resultados: la trayectoria profesional de sus exalumnos. Puedes ver la sesión completa en este vídeo con la experiencia de tres de ellos.
Facta non verba. Hechos y no palabras
Lola, fotógrafa y dependienta de una tienda de fotos y alumna a finales de 2021, está trabajando actualmente como front-end developer en Milanuncios. Jose, cocinero afectado por un erte, trabaja también como front-end en Drinks&Co después de pasar por ISDI Coders en 2021. David, estudiante de derecho pasó por nuestra escuela en 2017 y trabaja actualmente como Tech-Lead en Promofarma, después de haber ocupado varias posiciones en la misma compañía.
Estas son algunas claves que nos diferencian.
Los alumnos: sacrificio y «quererlo»
Nuestros alumnos hablan de «sacrificio» y de «dedicarte el 100% para preparar el terreno», estudiando fuerte ya desde la prueba para acceder a la escuela. Jose y David decían que no superar la prueba en el primer intento le sentó como una jarra de agua fría. Pero no se echaron atrás. Se prepararon mejor con el aprendizaje del primer intento y lo superaron a la segunda en una prueba que ellos mismos dicen que, en el fondo, no es difícil.
Una vez en el curso, Lola habla de que ya iba avisada pero le sorprendió el nivel de trabajo que imprime el propio grupo: «Te cuentan no vas a tener vida. Vas a estar 12-14 horas trabajando todos los días». Y así es. Buscamos alumnos que entiendan este proceso y que tengan una gran capacidad de trabajo y de esfuerzo. No regalamos nada porqué el mercado tampoco regala nada. Es por eso que somos capaces de hacer llegar a nuestros alumnos al nivel que los hace distintos a los programadores de otras escuelas.
Esto es imposible
Si escogemos a nuestros estudiantes y les preparamos bien antes de empezar, ¿qué podemos conseguir? Algunas personas creen que es imposible condensar en 11 semanas la cantidad de contenido de nuestro temario. Si comparamos el temario con otras escuelas, el de ISDI Coders es de los más profundos y extensos (además de haber estado durante mucho tiempo en el Top 5 de los bootcamps del mundo), pero tanto Lola como Jose como David apuntan otra de las grandes diferencias: el precurso.
Los alumnos se preparan antes de empezar (precurso) y llegan al curso al nivel que otras escuelas consiguen después de dos o tres semanas de curso. Con eso ya tenemos una ventaja considerable. Creemos que es vital realizar un precurso que nivele al grupo para después poder llegar a conceptos que casi ninguna otra escuela del mundo.
Acabar es ganar
Dentro del curso hay altibajos («montaña rusa de emociones», como dice Lola) pero lo importante es dar lo máximo todos los días, incluso los fines de semana. Jose decía que «cada semana había uno que tiraba y nos poníamos todos a rebufo». David aconseja «apóyate en el colectivo». Somos un equipo que tiene que conseguir que TODOS consigan un trabajo como programadores.
