El sector acababa de nacer y lo hacía ya sobre un mercado laboral que no era capaz de alimentar a la industria. Hoy, 25 años después, nos encontramos con un sector con un crecimiento exponencial (según un estudio de Manpower, el volumen de la demanda de perfiles se duplica cada año).
La llegada del trabajo en remoto
Por el camino, una pandemia ha acelerado la implantación del trabajo en remoto y se puede acceder a talento en cualquier parte del planeta. Muchas empresas han perdido parte de sus plantillas que han “emigrado” a empresas que ofrecen a sus programadores mayor porcentaje de trabajo remoto (o incluso 100%) y normalmente son capaces de ofrecer salarios más altos a sus programadores. Hemos vivido una gran transformación del mercado laboral. Las empresas han descubierto que los futbolines, la fruta fresca y las cervezas en la oficina no eran lo que sus programadores buscaban. Hoy las empresas dedican sus esfuerzos en generar estabilidad a sus trabajadores, ofrecerles las mejores condiciones salariales posibles e, incluso, ayudarles en su desarrollo personal y profesional.
El trabajo en remoto a sofisticado el trabajo de programador. Ya no solo es importante saber programar sino que hay que saber hacerlo en equipos distribuidos por el mundo. La integración continua, el testing para poder subir a producción garantizando la integridad de los nuevos desarrollos, las buenas prácticas para que cualquier otra persona pueda trabajar sobre nuestro código, etc. son conocimientos necesarios. Más allá, ser capaz de trabajar con las mejores prácticas, haciendo código escalable y mantenible, nos puede abrir puertas a las mejores empresas del mundo.
Un extra: la digitalización de sectores tradicionales
No parece que este crecimiento tenga fin en un futuro cercano. No son solo las empresas púramente online quienes necesitan estos perfiles. Otras empresas, tradicionalmente “offline” están iniciando procesos de digitalización y son creadores de puestos de trabajo para programadores. Pero no todos los programadores trabajan en empresas online (o en la versión online de un negocio tradicional). Parte de estas industrias no necesariamente se digitalizan en forma de una web. Algunas empresas digitalizan sus procesos internos y los servicios que ofrecen a sus clientes. La llegada de la inteligencia artificial u otras tecnologías se aplica en sectores no online, generando una grandísima demanda de perfiles que sepan trabajar en estos campos.
La programación como lenguaje universal
Aprender la lógica computacional es algo que algunas escuelas han incorporado a sus curriculums. Podemos ver a niños y niñas de corta edad jugueteando con herramientas como Scratch. Es importante que los niños aprendan estos fundamentos porqué ya hoy la programación forma parte de muchísimas trayectorias profesionales. Sin darse cuenta, los niños están programando. Lo interesante es que la programación ha evolucionado tanto que ya no es necesario haber cursado una ingeniería: hasta los niños pueden programar.
Se oyen carraspeos y silbidos de fondo. Son los programadores profesionales que no están de acuerdo con esta afirmación y, en parte, tienen razón. Hay que matizar la última frase.
Conseguir que una máquina siga unas instrucciones es mucho más fácil que hace unos años. Han aparecido multitud de capas que nos separan de los bits, los bytes y los microchips. Estas capas permiten a personas poco versadas “programar” sin la necesidad de llegar a mucha profundidad. Han sido otro tipo de capas (mucho más complejas y profesionales) las que han permitido la aparición de cursos que, en pocos meses, te preparan para trabajar como programador web.
Encontrar trabajo como programador
Las empresas que ofrecen esos salarios de ensueño no se lo ofrecen a cualquiera: lo ofrecen a quienes tienen un talento que quieren retener. Es cierto que hay muchísima demanda en el mundo, pero el enorme crecimiento del sector también ha creado gamas de grises que se alejan de ese estereotipo de empresa que se vuelca en asegurar a sus programadores. Otras no pueden permitirse jugar en estos niveles, así que también hay precariedad laboral en el sector e incluso hay programadores que no encuentran trabajo!
Es por eso que es más importante que nunca formarse para poder llegar a este tipo de empresa. Hay multitud de escuelas entregando talento al mercado (mejor o peor preparado) y hay competición por esos puestos. Pero también hay que entender que hoy, mucho más que antes, el mundo es muy pequeño y se puede acceder a un mercado global de empresas. Así pues, es interesante aprovecharse de estos factores: prepararse mejor que la mayoría para poder optar a empresas internacionales que pueden ofrecer buenas condiciones y seguir creciendo/aprendiendo después.