Muchas veces nos preguntan porqué hay tan pocas mujeres en el sector tecnológico. La respuesta es compleja. Si buscamos la evolución histórica de la representación femenina en el sector, vemos que en los primeros años del uso de computadores, quien las operaban eran principalmente mujeres. En los años setenta del siglo pasado, el sector se masculinizó. Se centraba todo en la tecnología, las cervezas, las barbas y las camisas hawaianas. Las mujeres dejaron de sentirse representadas.
Además del marketing masculino del sector, otras razones se apuntan como las causantes de esta diferencia (sólo un 25% de mujeres en carreras técnicas versus alrededor de un 50% en el resto de carreras). Creemos que la razón proviene, como indica un estudio de la Fundación Telefónica (y un artículo en El País que lo cita), de los estereotipos con los que impactamos a niños y niñas en la infancia.
Algunas iniciativas
Para chicas y mujeres nos encontramos con organizaciones como WomenWhoCode, WomenInMobile o iniciativas que buscan ofrecer descuentos en cursos de programación para mujeres como las Becas Wallapop.
Empezar antes: romper estereotipos
Es muy difícil que podamos romper la brecha salarial (como se intuía en nuestro estudio salarial de 2017) o las diferencias que hace el mercado entre hombres y mujeres. Es por eso que creemos en romper los estereotipos a una edad más temprana. Hay diversas iniciativas en nuestro país que buscan mitigar esta disparidad de género empezando a trabajar con niñas pequeñas como GirlsInLab. En ISDI Coders hemos realizado ya algún taller con ellas y las chicas han podido ver como chicas mayores que ellas han pasado por la escuela y trabajan hoy como programadoras.
Creemos en la igualdad de género (todas nuestras becas las hemos aplicado indistintamente a hombres y mujeres) y pensamos que la mejor forma de dar a conocer la profesión a las chicas es mostrar a las mujeres que han pasado por la escuela, sus salidas profesionales, etc.
Podemos ver el porcentaje en las distintas promociones en el gráfico de la derecha. La representación femenina en nuestros cursos ha sido históricamente pequeña, pero nuestras alumnas trabajan hoy como programadoras en grandes empresas como Axa, Hotusa, RedHat, Gindumac, etc. Algunas de ellas están gestionando equipos y su trayectoria profesional es equiparable a la de sus compañeros.
La tecnología ya no es un tema de chicos o de chicas. La tecnología es el medio a través del cual se pueden hacer cosas masculinas y femeninas. Así pues, en nuestro país nos encontramos con mujeres que emprenden negocios digitales como Carlota Pi (HolaLuz), Karen Prats (PopPlaces), María Martín Villaró (Tiendeo) y muchas otras.
La masculinidad del sector
Las empresas tecnológicas pueden hacer mucho por conseguir atraer al talento femenino: empezar por ser conscientes del biés masculino del propio sector.
Que los equipos de trabajo sean conscientes de que cosas tan habituales como el propio lenguaje son fuente de discriminación es algo que algunas empresas ya han empezado a tratar. Crear un entorno más diverso e inclusivo empieza por entender y darse cuenta del lenguaje que usamos de forma inconsciente.
En nuestro caso, frases como «no hay huevos», «ponle huevos», etc. deben desaparecer de nuestro día a día. Es por eso que alguno de los cuadros que presiden nuestras aulas incluye ahora un mensaje más inclusivo (y menos grosero), para que nuestros alumnos y alumnas se sientan exhortados por él.
Hemos utilizado un conocidísimo cartel de propaganda estadounidense de la Segunda Guerra Mundial para levantar la moral de nuestros estudiantes.
Que nuestros alumnos destaquen
Creemos en fomentar criterios que no discriminen a las mujeres. Para ello, queremos contribuir al sector entregando a los mejores developers junior (chicos o chicas). Esperamos que haciéndolo así no se ponga foco en su género sino en la calidad de su código, su humildad y su capacidad de aprendizaje y trabajo en equipo.