El argumento es sencillo: no somos una escuela de programación. Queremos cambiar la vida de quienes consiguen entrar a la escuela a través de enseñarles a programar y esperamos que todos los componentes de cada grupo vivan estos meses de esta forma. Necesitamos que todos nuestros estudiantes dediquen cada minuto del bootcamp de programación a aprender y a trabajar para conseguir el objetivo común: que todos trabajemos como programadores.
Las clases empiezan a las 9 de la mañana y duran hasta las 5 o las 6 de la tarde. En este punto entregamos el challenge del día a los estudiantes, que se quedan en la escuela a veces hasta las 10 o las 11 de la noche resolviéndolo. Muchos, después, se van a casa y siguen con el ejercicio. Y a las 9 de la mañana, empezamos otra vez. Los fines de semana, los challenges son más largos y ocupan la mayor parte del sábado y el domingo. Es por eso que los estudiantes tienen llaves de la escuela y se reúnen para trabajar juntos.
Otra variante a la pregunta gira entorno a seguir el curso desde casa. El bootcamp es presencial y está diseñado para maximizar el contacto con el resto de alumnos, teniendo en cuenta que todos están en clase. Si no es por una causa mayor, es obligatorio asistir a clase.
Tenemos mucho respeto a la inversión de tiempo y dinero que hacen nuestros estudiantes, y las expectativas que ponen a lo que les espera después de pasar por ISDI Coders. Muchas parejas y familias se resienten por el hecho que nuestros alumnos desaparecen durante 11 semanas… por eso pensamos que el esfuerzo tiene que merecer la pena y hay que poder sacar juntos el máximo de jugo de cada minuto de curso. Es por ese mismo respeto que necesitamos que todos los alumnos lo vivan de la misma manera.
